DORMIDA EN TU PIEL
Como cansada,
como dormida en tu piel de verano,
sedienta de espera y brillo en tus ojos.
Navegando el momento,
soslayando el instante
de poder abrazarte.
No atrevido cuerpo,
hablo de palabras,
de silencios y acentos,
de apresurado latido
por respirar tu sueño.
De repente, todo se enciende.
Ilumina avenidas y calles,
y desde mi demorada noche
te abrigo de juegos,
sonrisas y miedos.
Te abrigo templada
en cenicienta espera.
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