Atrapado en tu sueño
me hiciste poema.
Me escribiste abrazada
al fuego del humo
y a la pesada cruz
me amarraste en espinas.
Me regalaste sonrisas
sin saber que mis ojos
los inventabas tú.
Besaste mis labios
de papel y tinta,
y perfumaste distancias
soñando encontrarme.
Atrapado en pedazos
me volví necesario,
y deshecho de esperas
me enseñaste a olvidar.
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