Cuando Adán mordió la manzana,
entró en un profundo sueño,
del que todavía no ha despertado.
Toda esta vida, todo lo que creemos real,
es solamente una ilusión,
es parte del sueño de Adán.
Ese es el pecado original.
Dios, y los seres despiertos,
nos hablan en sueños,
o en estado de meditación profunda,
porque es el único estado
en el que estamos realmente por despertar.
Pero lo que creemos que es "despertar"
de un sueño,
es sumirnos a otro sueño
más profundo,
llamado realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario