Cuando era chico, pre adolescente,
me preguntaba porqué no me sentía conforme
con lo que veía.
Porque de algún modo,
lo que sentía era muy dispar
en relación a las cosas
que mis sentidos me entregaban.
Como si un montón de otros sentidos fueran apocados por los cinco que después aprendía a aceptar que teníamos.
Debe haber algo más!
Siempre me decía.
Y comencé a buscarlo.
A tratar de conocer gente que conociera "eso" que no se ve "normalmente" pero que todos sabemos que está, y que a muy temprana edad aprendemos a ignorar...
y a olvidar.
Un camino sin tiempo ni retorno.
Un camino al más allá.
Pero es lo que le sucede a los seres, que muy interiormente saben que no pertenecen ni a este tiempo
ni a este lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario