Traducir a palabras lo que sentimos
no es difícil, es efímero.
Es como pintar las nubes
con fuerte viento.
Como querer separar las aguas
Todo fluye y refluye.
Se compone y se descompone.
Todo navega en un sinsentido
que sólo la mar conoce como destino.
Todo atraviesa las formas,
se fortalece en el modo
y resurge del silencio.
Pretender encerrar los sentimientos,
emociones,
en lo que decimos,
es vibrar sincronizando nuestros latidos,
subir al mar bajando hacia al sol.
Nacer cada momento
con la boca encendida
de palabras escondidas
a futuros plagios a lo desconocido.
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