Es maduro aceptarlo.
No sé si es valiente, tonto,
estúpido, o "inaceptable".
Sólo sé que la inmensa mayoría
persigue algo inexistente,
una esperanza tan misteriosa como irreal.
Cuando miro los ojos de mi perra,
veo la conjunción de tejidos, células,
sangre, partículas,
lo efímero manifiesto en una chizpa
de existencia.
Cuando presencio la muerte en los seres
que alguna vez estuvieron vivos
me doy cuenta de que tan estúpido
y sin sentido es todo esto.
A veces,
creo que soy un plagio de mi propia realidad,
y me suicido impacible
procurando vivir más allá de mis sentidos
como una entidad real
cuando en verdad
no soy nada.
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