La vida no tiene ningún sentido.
Qué sentido puede tener
una vida que termina con la muerte?
No hay verdadera felicidad,
así como tampoco verdadera paz.
Sólo son esperanzas de que algo mejor
pueda ser o suceder.
La realidad es una inmensa escenografía
montada en el seno de nuestra mente.
La muerte no conduce a nada.
La muerte es el final de esta conflictiva vida.
La muerte nos consume a todos.
No hay un más allá, un cielo, un infierno,
un despertar.
Cuando morimos cesan nuestras funciones vitales,
mueren nuestros sentidos,
y nuestra conexión con la realidad.
No hay vida después de la muerte.
En realidad no hay nada.
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