POETA DE HIELO.
Mi silencio suele seducir al alba
cuando el alba
se embriaga de soledad.
Mi mirada
suele perforar el tiempo
del momento caído
de la cima de la tempestad.
Suelo callar palabras
cuando de todo sueño
me nace la realidad.
Y sin más amigos que mis propios trinos
como gorrión herido
me refugio en la sobriedad.
Como toda mentira vende,
mi niño que he sido,
que soy
y seguiré siendo,
se nutre de bebidas nobles
cuando algún ángel caído
olvida su identidad.
(A mi amada noche, que siempre está allí para recibirme,
caído o por caer,
pero siempre con los brazos abiertos.)
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