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sábado, 27 de julio de 2024

 "En serio llorarán las hojas de mis libros?"

 Dónde está el tiempo que me vio nacer?

Dónde la historia que me vio crecer...

La distancia entre mi yo y mi conciencia de ser quien soy.

A dónde voy? A dónde me conduce "mi" camino?

Sueño que sueño en espuma...

un torrente sumergido en mi sueño.




 Mi edad no es la edad de mi puerta,

ni la de mi soledad callada

a esquinas de la sobriedad.

Mi edad

se basa en recuerdos de niños crecidos,

de árboles aún de pie,

y de sueños dueños

del amancer.

Mi edad de perro adulto

que aún juega a despertar cachorro,

lleno de cielos nuevos cada mañana,

pasto verdes y tejidos de nubes.

Mi edad es libre de tiempo.

Como mi amor de castillos sin suelos.

 "Algún día te detendrás a leer lo que escribo?"

 UNA HISTORIA DE PAPEL

Es la que escribo
desde un cuarto sin lugar,
donde todo está sin que lo vea,
donde todo es parte de nada.
Un lugar sin espacio de tiempo
en que habitar,
sin luces, sin escaleras,
con ventanas a todas partes.
Un espacio tan mío
como mi propio cuerpo.
Un respetuoso silencio,
y mil voces que esperan,
tan pacientes como el día,
sus turnos para contarme
todas sus historias a mis oídos.
Mil historias de papel.



 Río cuando callo

con una risa perenne.
Lejos de mi propia vida
navego como lo hacen las aves,
con destino pero sin brújula,
a donde el destino me ciegue a la suerte.
Vivo como vivo,
sin ton ni son donde otros viven.
Sin razón para obviar mi muerte.
Aun cuando nací para ser presente,
mi futuro depende siempre de ella.

El desnudo cruel de la memoria

yace absurdo en mi camino.

Oscuro como su silencio,

vacío como en mí el recuerdo.

Templado de asfalto y sol,

cegado de ardiente luz.

Tu cuerpo tan tibio y dormido,

tu cuerpo que nace en mi propia piel.

Y solo sé dormirme en tus manos,

navegando por tus oídos,

cayendo hacia tus ojos cerrados...

Ojos que guardan el secreto de algún sueño

escondido al amanecer.




 

 Me he sobrepuesto a muchas cosas,

pero nunca a la duda

de quién soy realmente.

 "No creo en los hombres."

 La inocencia

es un estado de aprendizaje
en donde no necesitamos
estar dispuestos a algo,
sino que se nos hace natural
comprender aquello que no comprendemos
por el solo hecho de maravillarnos
y verlo como un milagro
para nuestros ojos,
creado por nuestra mente
para que aprendamos
y entendamos
con el interés y comprensión de un niño.

 Cenizas entre flores,

sonidos que se aquietan
lentamente entre el follaje.
Luz de luna sin reflejos,
calles vacías de mundo y ruidos,
patios aturdidos de tanto frío,
manteles tendidos donde hubo cielo.
Y tú aquí,
teñida de cielo,
entre mis manos,
aferrada a mi piel,
dormida sin sueños.
Cansada de amar.



 Me mostraste tus manos,

tus pies,

tu sexo y tu sed.

Te compré el silencio.

Sin vueltas ni remordimientos,

hoy solo somos "amigos"

que alguna vez tuvieron sueños.

 Si encuentras un pedazo de cielo

sin nada,

ni siquiera cielo,

no le des la espalda...

Píntalo.

 Es nada más que un espejo,

donde nadie más que nadie

mira a través de él

observando un vacío de plata y frío.




 Simplemente delante de ti,

sosteniendo esa copa

rebalsada de espuma

reflejando tu risa

jugando a ser sed.

Sin miradas

ni palabras

ni comas

ni acentos

ni ahora

ni aquí.

Simplemente en verano

jugando a ser nieve

trepando las nubes

escalando los cerros

temblando ante ti.

En realidad no somos

tan diferentes.

Verdad?

 A veces,

estando parado ante una puerta,
cierro mis ojos y te imagino dentro,
sin sombras,
sin forma ni contornos.
A veces,
estando callado ante una espera,
te imagino entera,
como si existieras.
Total, íntegra, completa.
Verdadera.

Y
sólo a veces,
estando quieto ante un momento,
te imagino viva,
mujer, princesa, dueña, señora mía,
reina de mis demencias.
Y es ahí donde muero
sin reconocerte entre los muertos.

 Un punto en la distancia

y sus laterales.
Los lados conforman la unión,
dan inicio a la perspectiva.
¿Qué es lo real?
¿Los lados que en la distancia parecen unirse?
¿O el extremo que se bifurca a nuestra visión?
La repetición de las formas
nos deja entrever la asociación de datos
para crear posibles formas
que "rellenan" el protagonismo del momento.
No hay originalidad.
Todo es plagio de contenido.



 ¿Qué conocemos de la realidad

como para conjeturar ideas
y plasmarlas como si fueran leyes?
¿Qué tan absurdo puede llegar a ser
lo que podamos entender
simplemente por estar
en un cierto lugar y tiempo
que ni siquiera sabemos si existe?

Del montón escojo la nada
para irme llenando de a poco.
Así soy un mojón de ideas
pero ninguna me las creo.
Libre pero no anarquista,
me dijo mi tío borracho.
Libertad es lo que queremos.
Soltemos, entonces, los pájaros,
eduquemos bien a nuestros hijos,
amemos la vida ajena
como si fuera realmente nuestra.
Libertad es lo que a veces quiero
para escribir sin que nadie me lea.

 Todos lloramos al morir.

La muerte duele más que la vida.

La muerte no tiene vuelta atrás,

ni para los que se van

ni para los que se quedan.

 Cómo pelear contra algo que no podemos ver?

Cómo salir de un lugar sin salida?

Cómo entender lo que no tiene explicación?

Cómo sentirse si nuestros sentidos ya no nos pertenecen?

 Y de repente todo se hizo vacío.

Comprendí que mi espejo de luces
era el reflejo de mi propia vanidad,
y que yo solo era el producto
de anónimas demandas colectivas.
Susurré mi nombre al silencio
y me respondió con un grito.
Ahora las navidades dejaron de ser blancas
y arden en el olvido de mi pretendida sobriedad.
Cuántas veces más para sonreír.
Contando gotas caer bajo la tempestad
de cualquier día sin esperarte más.
Y de repente...
parece como que la luna sonriera,
bajara el telón y apagara la noche para mí.
Te ves lejana entre mis deseos.
No te entiendo.
Aún así...



 Sopa de letras para un laberinto sin rumores.

 Dónde ir

cuando el camino te lleva de vuelta a casa.

 Así como un pintor

nada entre colores y luces,
o un músico
entona efímeras notas
que extasían su alma,
yo solo escribo paisajes,
transparentes, a veces,
paisajes de letras,
música y color.
Y me embriago al no pronunciarlas
pues viven sueltas en mi imaginación.



 No siempre es como siempre.

A veces, te cansas de tanto papel arrugado.

 Si así fuera,

el reloj no existiría para nuestros ahora.

 He hurgado la muerte con todos mis sentidos,

con mis ideas y mis pensamientos.

La he vivido sin llegar a morir.

La viví, la simulé, la racionalicé, la inventé.

La creé. La esperé. La lloré.

He hurgado mi muerte como cualquier otra muerte.

La he sentido en mi cuerpo, en mi mente,

en mi dolor por morir y en la no-curiosidad por saber

qué podría haber más allá.


En verdad, nada encontré.

Sólo silencio. Sólo oscuridad.

¿Cómo podría haber otra vida después de la muerte?

¿Cómo podría despertar después de cerrar los ojos a la vida?

¿Cómo puedo creerlo

si hasta en la propia vida el mismo sueño no tiene despertar?


He hurgado mi vida viendo cómo se moría, se iba, se apagaba.

Y por mucho que he querido creer,

nada hay,

sólo silencio, sólo oscuridad.

Sólo el final

sin posibilidad de poder cambiarlo.


 


Busco el cielo para callarme

ante tu mirada.

Busco las sombras de mis palabras

para conocerte ante la luz

de un nuevo encuentro.


Busco respuestas,

y nuevas preguntas,

para simplemente reír al silencio

que me absorbe y funde a su cuerpo

como el celeste imperio del sueño

que nunca termina de despertar.



 Me imagino sin momentos,

suspendido en la eternidad.

Vacío totalmente de tiempo.

Sin esperas, ilusiones ni esperanzas.

Contemplando el vacío.

Sin más deseo

que mantenerme en el ahora.

Sin elección.

Sin dudas.

Sin nada que me interese

porque lo tengo todo.

Sin nada que me preocupe

porque no tengo nada que esperar.

Sacando el tiempo,

nada nos queda.

Somos quietud.

Irracionalidad.

Vago final de un sin-comienzo.

¡Qué aburrido!

¿Verdad?



Podríamos hablar de sombras,

de eternas noches

que debí atravesar para llegar aquí.

Podríamos tratar de ver

cómo se siente una estrella fugaz

cuando no pertenece a ninguna parte.

O cuando parte de un origen

dejó ya de ser origen.


Habría que hablar de los que callan,

urge hablar de los que mienten,

de los que ríen mientras otros lloran.

Habría que sentir un poco de tiempo que viene,

que no es todo rosa ni todo fuego.

Es la sombra del futuro que proyectaron

con las armas del presente.


Deberíamos hablar de las risas que no se oyeron

porque no hubo risa la madrugada del 20 de junio,

al caer sobre los hombres

la relampagueante oscuridad

que terminó con sus premisas.


Habría que entendernos,

ustedes, nosotros, los que van y los que venimos.

Saber hacia dónde vamos.

Saber por qué existimos.

Creer para poder hacer

juntos un tiempo mejor,

arrancando de una historia futura

que jamás debió suceder.

 De niño

soñaba con ser grande.

Jamás imaginé

que nunca iría a crecer.



 Me muestras la luna,

y con eso

ya creo en ti.




 -Por qué poemas?-Preguntas.

Y respondo:

-Qué otra forma de escribir te haría simplemente sentir lo que en verdad quiero decirte?



 -No tengo tiempo para otras cosas,

tengo mucho que escribir.

Se pudo haber escrito en el cielo,

en los ríos, en los niños, en el frío.

Se pudo dejar un camino,

huellas, señales, senderos.

Pudieron haber creado un silencio.

Pero no,

me enviaron a mí,

a escribirlo.

A. Jose Maria Pintos.

  Traducir a palabras lo que sentimos no es difícil, es efímero. Es como pintar las nubes con fuerte viento. Como querer separar las aguas ...